La cocina noruega goza de gran prestigio internacional hasta tal punto de que un chef noruego mereció en 1994 el premio Bocuse d'Or, el más importante del mundo culinario.
Tradición Marinera
En Noruega se ofrece la oportunidad de probar platos únicos y sorprendentes. El pescado es el rey de la mesa puesto que se trata de un pueblo con una tradición de grandes pescadores. Hay gran variedad, entre ellos, caballa, rodaballo, bacalao o arenques preparados de diversas maneras desde el ahumado hasta el marinado, pasando por la plancha, al horno o hervido en agua sin más.
Carnes
Otra especialidad es el “spekemat”, una especie de embutido curado de cordero, de cerdo o también de reno o alce. Se suele tomar con huevos revueltos y rebanadas de pan (“flatbrod”). Destacan igualmente el reno asado con patatas, el alce asado, la “betesupe”, sopa de verdura, patata y carne, o la “gul ertesuppe”, sopa de guisantes amarillos con tocino. Otras aventuras gastronómicas son también la carne de foca, los huevos de gaviota, lenguas de bacalao, el pez gato o pez lobo o la carne de ballena.
Quesos
Los quesos de cabra merecen especial atención, destacando el “gulost” (generalmente son fuertes de sabor).
Frutos del Bosque
En cuanto a los frutos del bosque son esenciales para la elaboración de los postres tradicionales, aunque también acompañan a algunos platos de carne, especialmente a los de caza. Hay que señalar entre ellos, los arándanos, las fresas salvajes, frambuesas, zarzamora ártica y muchos otros que sirven también para la preparación de zumos, aguardientes y licores así como para la elaboración de mermeladas y jaleas. En las cafeterías se pueden degustar las denominadas tartas “Konditori” acompañando al café.