Noruega tiene aproximadamente cuatro millones y medio de habitantes. La mayoría de ellos residen en áreas urbanas y en sus alrededores, por lo que se da una escasa densidad demográfica.
La población lapona, cerca de 30.000 personas constituye una minoría étnica con cultura e idioma propios. La mayor parte está afincada al norte del Círculo Polar Artico. Los samis sufrieron durante siglos la opresión y el racismo, desde los antiguos recaudadores de impuestos hasta la segunda Guerra Mundial, cuando su territorio fue arrasado y fueron deportados al sur. Los samis han ido poco a poco repoblando la zona y en la actualidad el gobierno noruego sigue un programa de subvenciones para la población de la región.
Si algo puede definir adecuadamente a los noruegos, es la defensa de su propia identidad, ya que pertenecieron durante muchos años tanto a Dinamarca como a Suecia.
Las familias noruegas se caracterizan por su austeridad en el consumo particular, protegiendo al mismo tiempo sus servicios sociales que han alcanzado cuotas importantísimas y apenas comparables con otros países del mundo.
En general, el noruego es amable y profundamente comprometido con los Derechos Humanos, es tolerante y modesto y sobre todo destaca por su gran amor a la naturaleza y por su sólida conciencia ecológica.