La posición oceánica de Nueva Zelanda en latitudes templadas, entre los 34 y los 47 grados de latitud Sur, constituye el factor determinante del variado clima del país. Este, en general, es uniforme, pero va desde el clima subtropical que se presenta en el verano del norte hasta un clima polar, presente en los inviernos de los Alpes del Sur.
El tiempo es variable y a menudo ventoso; sin embargo, las variaciones estacionales no son tan marcadas como en otros países. Los veranos rara vez son demasiado calurosos y, en las regiones costeras, los inviernos son cortos no muy crudos. Se presentan precipitaciones lluviosas durante todo el año, más en invierno que en primavera. La nieve de invierno se limita a las montañas y a los terrenos montañosos, y la mayor parte del país tiene al menos 2.000 horas de luz solar al año.