En la época romana el Duero supuso un enorme obstáculo para las comunicaciones entre el norte y el sur de la Lusitania. Su desembocadura estaba controlada por dos ciudades: Portus en la orilla derecha y Cale en la izquierda. Cuenta la leyenda que Cale se debe al nombre de un argonauta griego que llegó a la ciudad y estableció en ella un enclave comercial. Durante la reconquista de los cristianos es cuando el condado de Portucale dio nombre a la nación portuguesa.
Durante la Edad Media Oporto se desarrolla en un poderoso burgo que verá nacer al Príncipe de los Descubrimientos, Enrique el Navegante. Es ésta una época de esplendor en donde el reino comenzará a extender sus territorios por otros continentes, ya a partir del siglo XVI.
La influencia británica es notoria en Oporto (algo que se presiente si observamos las etiquetas de vinos de Oporto con nombres como Taylor's y Graham's). En 1703 Portugal e Inglaterra firman el tratado de Methuen, que mejoró las relaciones comerciales entre ambos países. Eso sí, a cambio de los vinos del Alto Duero. Esta presencia británica explica mucho la forma de vida de los portuenses.
El calificativo de 'rebelde' ha sido empleado frecuentemente para definir perfil de los tripeiros. En el siglo XVII un grupo de mujeres atacó al ministro que había impuesto una tasa sobre el lino. Una sedición contra una ley impuesta por el Marqués de Pombal en el sector del vino tuvo lugar durante el siglo XVIII. Incluso cuando Napoleón entró en la ciudad los habitantes arrestaron al gobernador y formaron su propia junta que, sin embargo, no pudo durar por mucho tiempo.
Oporto es sin duda una ciudad caracterizada por el barroco. Uno de sus principales arquitectos fue Nicola Nasoni, quien se estableció en la ciudad en 1730. Alguna de sus obras fueron la Iglesia de los Clérigos, la portada de la Catedral, el Palacio Arzobispal o la capilla del convento de Nossa Senhora da Serra do Pilar. También es reconocida como una ciudad de hermosos puentes de estilos y técnicas distintos. Hoy en día es considerada, después de Lisboa, la capital económica del país.