Salzburgo fue la ciudad más importante de la región en tiempos romanos, cuando el pueblo que se asentaba en este emplazamiento se llamaba Iuvanum.
El primer reino cristiano en esta parte de Austria fue designado sobre el año 696 por Sant Rupert. Como en siglos anteriores, los sucesivos arzobispos de la ciudad fueron gozando cada vez de más poder. Uno de los más influyentes fue Wolf Dietrich von Raitenau (1587-1612), que trabajó acerca de la reconstrucción de la arquitectura barroca de Salzburgo, ordenando construir algunos de los más bellos edificios.
En el siglo XVIII tuvo lugar la Guerra de la Sucesión Austriaca, en la que Salzburgo se mantuvo neutral, produciéndose un decaimiento progresivo del poder de la provincia. De hecho, durante las Guerras Napoleónicas esta ciudad estuvo controlada por Francia y Bavaria, y hasta el año 1816 no empezó a formar parte de Austria.