Las primeras muestras culturales encontradas en las Seychelles proceden de los piratas que recalaban en estas islas ya en el siglo VII. Se pueden contemplar tantos mosquetes y tumbas de corsarios, que en los últimos tiempos se ha iniciado de nuevo la búsqueda de tesoros escondidos.
Más tarde llegaron los portugueses y árabes que también dejaron su huella en este paraíso: fortalezas, palacios y mezquitas.
Los habitantes de las Seychelles sufrieron gravemente la esclavitud fomentada, sobre todo, por franceses e ingleses que influenciaron notablemente el arte y la cultura de este país. Un ritmo típico de estas islas es la Moutia que en sus orígenes fue una oración ritual transformada en este período en una canción de trabajo de los esclavos.
Las Seychelles son un vivo ejemplo de fusión lo que se percibe claramente en su cultura compuesta de elementos europeos, africanos y malgaches. La muestra más representativa de esta fusión es el idioma criollo que está basado en el francés pero que incluye vocablos procedentes del africano, el malgache, el árabe y el inglés.
La religión también ha influido notablemente en la cultura y aunque la mayoría de los habitantes del país son católicos, la hechicería es profundamente respetada. El “Grigri” comprende un buen número de rituales en los que se emplean cartas, antiguas cajitas de tabaco, espejos, huesos de pollo, diversas hierbas, piedras y monedas. Esta cultura cree que los hechiceros tienen el poder de vencer a los zombis y a los espíritus perversos conocidos como “nanms”, además de poder curar enfermedades o atraer el amor a base de conjuros y brebajes.
La danza y la música son elementos esenciales de la vida de los seychellois. Instrumentos antiguos como el banm, instrumento de arco y el zez, cítara de una suela cuerda, se pueden escuchar aún junto a una hoguera festiva. Las danzas tienen, sin duda, origen africano y se bailan lentamente con movimientos sensuales. Las fiestas en las que se ejecutan estas danzas se denominan “moutyas”.
Otros bailes con elementos europeos son los Kanmotele, el vals, la ecossaise, la polka y el pas de quatre. En la actualidad el ritmo preferido por los seychellois es el sega.
Hoy en día varios artistas se han instalado en las islas y exponen en ellas su arte como Michael Adams, el pintor nativo con más fama, el escultor Tom Bowers, Vladimir, famoso por sus artículos de alfarería y cestería y Egbert Marday, entre otros.