La mayoría de la población de las Seychelles es de origen africano o malgache, descendientes de esclavos o esclavos liberados. La posterior mezcla con los europeos es evidente en los distintos tonos de la piel que abarca una amplia gama y que van desde la tez blanca hasta las pieles de un negro intenso. También son importantes las comunidades india y china.
La gente es abierta, divertida, risueña y, en general, se puede confiar en ella. Tienen un pequeño defecto según el punto de vista de los turistas ya que son impuntuales y la prisa es algo que no existe para ellos por lo que es conveniente amoldarse a su ritmo de vida. Es mucho más sano. Es interesante charlar con ellos e intentar comprender su modo de vida tan ajeno al ajetreo diario de los europeos. El estrés no existe y no es de extrañar que, con sólo contemplar el maravilloso paisaje, los nervios se diluyan. Esto es algo que saben bien todos los habitantes de las Seychelles.
Este pueblo es muy religioso y también muy supersticioso en cuanto a la hechicería se refiere. Creen en zombis, espíritus malignos y en pociones que atraen el amor y la fortuna. Aunque estas creencias disminuyen cada vez más conviene respetarlas. Los hechiceros son tratados con un gran respeto.
La tradición oral tiene una gran fuerza entre los habitantes de Seychelles. Heredada de los narradores de cuentos africanos para darles un carácter propio, con fuerte influencia occidental. Los personajes como Pti Zan parecen parisinos, a pesar de ser leyendas africanas.
A pesar de que la mayoría de la población es católica la tradición ha podido más y la mayoría de las parejas mantienen relaciones flexibles con cambios de cónyuges y convivencia en pareja para acabar después de muchos años contrayendo matrimonio. Los niños gozan de una gran libertad y son muy queridos y mimados por los mayores. Lo mismo ocurre con los ancianos que son venerados por sus familiares y amigos.
El 90% de la población vive en Mahé, la isla más grande. Aquí está la capital con un total de 30.000 habitantes. El 85% de la población esta alfabetizada y la mortalidad es más baja que en otros países africanos; la mortalidad infantil, por ejemplo, es de un 12.9 mientras que la esperanza de vida media es de 70 años.