La gastronomía siria es por una parte refinada, legado de las cocinas imperiales de los sasánidas iraníes, los abasíes de Bagdad, armenios y los turcos otomanos cada una con sus exquisiteces y sofisticadas creaciones; y por otra parte, la austera tradición, de la costumbre de comer pan, dátiles y, cuando se puede, trozos de carne de cordero, cabra, camello, o caza cocinados al fuego en el desierto.
Aunque los sirios utilizan los alimentos mediterráneos conocidos muy bien en nuestra cultura, su forma de cocinarlos es distinta. En la mayoría de los restaurantes se sirve primero el llamado "mezze", un entrante que varía de un lugar a otro (generalmente pan árabe, puré de garbanzos -hummus-; verduras asadas -baba ghanoush-; o albóndigas fritas de trigo y carne).
Entre los platos sirios destacan el el "muttabal", puré de berenjenas; el "labne yogur"; el "falafel", buñuelos de garbanzos molidos y fritos; el "tabuleh", ensalada de trigo, tomate, cebolla y perejil; y el "kibba", bolas fritas de trigo, relleno con carne. Estos platos podrá tomarlos solos o acompañados con otras especialidades como el "shish kebab", pinchos de carnes maceradas, asados a la brasa; del "shawarma", rodillo de pedazos de carne de cordero o pollo; o del pollo al horno o estofado. Para acompañar, nada mejor que el pan de pita caliente, el "burgul", trigo partido y el arroz. Como postre los pasteles sirios son sencillamente exquisitos. Los elaborados con frutos secos son muy frecuentes.
En los últimos años la cocina siria ha sido influenciada por la sofisticada cocina libanesa, dando como resultado una cocina más rica en todos sus aspectos.
Bebidas
Le aconsejamos que pruebe el arak, la bebida nacional (anís seco con agua). Encontrará buenas cervezas nacionales y de exportación, así como vinos, refrescos y agua embotellada, sin olvidar los deliciosos zumos de frutas (especialmente de cítricos).
El té es la bebida del país. Se sirve con menta. En cuanto al café, se sirve al estilo turco al que se le puede añadir azúcar.