La geografía no ha favorecido la difusión de la obra cultural sueca. El país es muy largo y escasamente poblado; durante mucho tiempo las comunicaciones fueron deficientes y los recursos económicos escasos. Pero se sabe que en las zonas rurales había una cultura popular consistente en la música de violín, la danza, y el canto de baladas, los tejidos, la artesanía de la madera y otras actividades, mientras que la cultura de la clase media prosperaba en las grandes ciudades y las universidades. Sin embargo, su herencia cultural se remonta siglos atrás. Entre los restos históricos más antiguos se encuentran los grabados rupestres de la Edad del Bronce, reliquias de una cultura desconocida, con imágenes de ritos de fertilidad y del culto al sol. Las primeras obras de arte que combinan la escritura con la imagen son las piedras rúnicas, levantadas por los vikingos entre el año 800 y el 1100 de nuestra era.
La Edad de Oro de la cultura sueca llega con el reinado de Gustavo III, a finales del siglo XVIII. En esta época se funda el Teatro y la Opera Real de Suecia, donde hiciera su presentación la famosa soprano sueca del siglo pasado Jenny Lind, y donde perfeccionarían su arte cantantes mundialmente famosos como el tenor Jussi Björling y la soprano Birgit Nilsson. El escultor Johan Tobías Sergel consigue fama internacional con sus esculturas y dibujos junto con los cantos populares del trovador Carl Michael Bellman, convirtiéndose en el símbolo de la imagen de Suecia en el siglo XVIII.
Durante el siglo XIX la evolución del arte y la literatura estuvo marcada sobre todo por la clase media. Destacan escritores como Carl Jonas, Love Almqvist y el dramaturgo y novelista August Strindberg, así como los cuentos y las novelas de Selma Largelov y las obras de Pär Lagerqvist, ambos galardonados con el Premio Nobel de Literatura.
Los Premios Nobel, fundados por Alfred Nobel, se celebran cada año, durante el otoño, en el Palacio de Conciertos y son entregados por el Rey de Suecia. La concesión de estos premios así como el acto de entrega de los mismos forma parte de la actividad cultural del país.
El epítome de la tradición teatral sueca es el Real Teatro Dramático de Estocolmo, donde recibieron su primera formación actrices como Greta Garbo e Ingrid Bergman. En cuanto al cine cabe señalar por su genialidad el conocido director de cine Ingmar Bergman. Estrellas del pop como el conjunto sueco Roxette y el cantante Jerry Williams han conseguido traspasar las fronteras de la música nacional. Otra de las suecas mundialmente conocidas es Pipi Calzaslargas, el personaje creado por Astrid Lindgren.
En el mundo del arte destacan los pintores Carl Larsson, y Anders Zorn y el escultor Carl Milles. Hoy día, en Suecia, el fuerte compromiso individual de los artistas cuenta con la ayuda de subvenciones culturales.