El nombre del país parece proceder de la tribu de los Suiones. A partir del siglo VIII, los vikingos suecos emprenden grandes expediciones. En el siglo XVII, Suecia se convierte en una gran potencia europea que ambiciona convertir el Báltico en un lago sueco. Los trabajadores del siglo XIX muestran su conciencia política desde una fase temprana. El país ha tenido una potente clase de agricultores, que influían en el gobierno de la nación.
Suecia es una de las monarquías más antiguas del mundo. La democracia parlamentaria triunfa a comienzos del presente siglo. El poder político del rey que había comenzado a pasar al Riksdag (Parlamento) y al gobierno, se reduce aún más. En virtud de la Constitución de 1974, el rey no tiene más funciones que las propiamente protocolarias. En 1979, la Ley de Sucesión es enmendada para dar el mismo derecho al trono a los pretendientes masculinos y femeninos. Así la hija mayor de la pareja real, la princesa Victoria, se convirtió en la heredera al trono.
Fue la Gran Depresión la que llevó al poder a los socialdemócratas en 1932, que estuvieron hasta 1991 con excepción de seis años de gobierno centro-derecha (entre 1976-82), comenzando así un sistema de seguridad social, labor que se aceleró de nuevo después de la Segunda Guerra Mundial. Hubo un consenso general de que el Estado debía proporcionar a los ciudadanos una seguridad económica. La expansión fue rápida, especialmente en los años cincuenta y sesenta, décadas en las que crecieron tanto el consumo privado como el público. Sin embargo, en los años ochenta, Suecia se vio afectada por el estancamiento económico internacional. El nivel de vida de algunos sectores de la población ha llegado a detenerse en su crecimiento e incluso a deteriorarse. El Riksdag es el máximo órgano de decisión del país.
En el año de 1996, Ingvar Carlsson abandona su cargo, siendo sustituido por Göran Persson, anterior ministro de finanzas. Actualmente el Primer Ministro es Fredrik Reinfeldt.