Suiza no ha contado con grandes artistas (como es el caso de Francia o Italia), aunque muchos genios procedentes de todo el mundo se han inspirado a orillas de sus lagos. Sin embargo, Suiza ha sido la cuna de algunos artistas muy reconocidos: el pintor más célebre es Paul Klee, que trabajó el abstracto; la obra de Rousseau en el siglo XVIII fue fundamental para la democracia; Carl Jung revolucionó el psicoanálisis; Arthur Honegger es el único compositor notable; y, en el terreno arquitectónico, los muros de las ciudades hablan por sí solos: Le Corbusier es uno de los más emblemático.
Pero esa ausencia de artistas de categoría internacional no ha evitado que el país sea rico en cultura. Numerosos conciertos de música tiene lugar en distintas ciudades a lo largo del año. Cientos de museos en donde apreciar importantes obras y el pasado de Suiza, sin olvidar algunos bellos palacios, castillos y catedrales que hablan del importante lagado cultural del país.