La Respiración Subacuática

Uno de los componentes del equipo más importantes y que ya hemos analizado es la botella, contenedora del aire comprimido que, mediante un regulador que reduce la presión de este aire, permite la respiración del buceador bajo el agua. La inspiración se hace mayor bajo el agua, es decir, se inspira más aire. El aire, compuesto por oxígeno, a un 20,9 % y nitrógeno, a un 78%, es consumido en mayor cantidad bajo el agua. En superficie la cantidad de aire consumida suele ser de 25 litros por minuto. Para saber que cantidad de aire se consumirá bajo agua vasta con emplear la ecuación: Ritmo de aire consumido en superficie x presión absoluta (en bares) ritmo de aire consumido (bajo el agua)

 

Para conocer cuánto aire puede contener la botella, hay que conocer su tamaño y la presión a la que estará el aire de su interior. Estos gases, comprimidos, pueden ser venenosos para el cuerpo humano. Un exceso de nitrógeno puede tener efectos narcóticos y una concentración excesiva de oxígeno, del aire comprimido, puede provocar convulsiones, pérdida de consciencia e incluso la muerte. El exceso de nitrógeno rara vez produce la muerte, pero puede provocar sensaciones de euforia o de ansiedad y hacer que el buceador toma decisiones equivocadas. Para evitar estos problemas, cuando se realiza un buceo técnico, se utiliza una mezcla de aire especial con modificaciones en los porcentajes de oxígeno y nitrógeno, incluyendo helio. Esta mezcla se utiliza en inmersiones de más de 50 metros. Otro problema a tener en cuenta es que al expirar emitimos dióxido de carbono, cuanto mayor sea la frecuencia de respiración, mayor será la de este gas. Esto puede provocar cansancio que en superficie se solucionaría respirando más rápido, pero como el regulador tiene un límite de proceso de volumen de aire, la mejor solución es un momento cuando esto ocurre.



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