Se trata del barrio más antiguo de Atenas, situado a los pies de la Acrópolis, donde se mezclan los edificios del siglo XIX con los restos clásicos, bizantinos y de época turca. Desde Syntagma se puede llegar por la calle Ermoú o por Mitropoleos. En una plaza pequeña encontramos una iglesia de los siglos XI y XII de nombre Kapnikarea (también la plaza y la calle cerca se llaman así), que estuvo a punto de ser destruida durante la remodelación de las calles en 1834, pero finalmente fue salvada por intercesión del padre del rey Otón.
Siguiendo por estas calles el viajero llegará a la plaza de la catedral, la Mitrópoli, que fue construida en el siglo XIX en estilo neo bizantino. A su lado se alza la Mikrí Mitrópoli (Pequeña Catedral), también llamada de Agios Eleftherios (San Eleuterio), construida en el siglo XII y decorada con obras de los siglos VI y VII, además de un friso del IV a. C.

La plaza central de Plaka es la Platía Filomoúson, que cuenta con muchas cafeterías y bares con terraza en los que tomar algo y descansar. Un monumento destacado de esta zona es la llamada Linterna de Lisícrates, que fue levantada por orden de este hombre en el siglo IV a. C. para conmemorar la victoria de un coro dramático en un concurso. En el siglo XVII se añadió la linterna a un convento capuchino formando parte de la biblioteca, y se cree que Lord Byron pudo escribir allí alguna de sus obras. El monasterio despareció durante la revolución de 1821.

Ágora romana y Torre de los Vientos:

El ágora romana se puede visitar de 8:00 a 19:30 h, excepto los lunes, que está cerrado. Se trata de una plaza rodeada por pórticos en los que se podía encontrar tiendas, con una puerta dórica en el este y una jónica en el oeste. La de estilo dórico, llamada Pili tis Arhigetidos Athinás, fue construida en el año 11 a. C. y se ha conservado en muy buen estado, contando con cuatro columnas y un frontón de mármol pentélico.
Al entrar al recinto del Ágora se encuentra la Aérides, o Torre de los Vientos, una edificación de mármol construida en el siglo I a. C. por un astrónomo macedonio. Fue reconvertida en iglesia en los primeros tiempos del cristianismo. Tiene ocho caras, contando cada una con un relieve que representa uno de los distintos vientos que hay; también había relojes solares.