No se puede abandonar el norte de México sin ir vestido como todo un vaquero. Desde la cabeza con un excelente sombrero tejano, pasando por los cintos de cuero y piel, grabados, repujados y con miles de hebillas para escoger. Y de calzado, un buen par de botas vaqueras. Las hay de todo tipo y de todas las pieles: de avestruz, de toro, de elefante, de iguana, de víbora, etc. Las artesanías tarahumaras a pesar de ser más primitivas y menos elaboradas que las de los pueblos del sur de México, tienen un encanto que se asemeja a las piezas elaboradas por los pueblos indígenas de los Estados Unidos de América. Tallas en madera, vasijas de barro y cintos de colores tejidos a mano.