El cuidado de la naturaleza es tan importante para Suecia como para el resto de los países del norte. El acceso al entorno al aire libre tiene una gran importancia, la singular tradición del “Allemansrätten” constituye un derecho consuetudinario a moverse libremente por bosques y campos, recoger bayas y setas, bañarse o amarrar un barco con la condición de no hacer intrusión en la intimidad del propietario, no cometer destrozos ni ensuciar. En el campo se han creado gran número de zonas naturales protegidas que suponen alrededor del 5% del suelo del país. Suecia es uno de los pocos países del mundo donde existe ese derecho común que no está inscrito en ninguna ley pero que representa un derecho inviolable. Las únicas zonas naturales privilegiadas son las contiguas a las viviendas y las casas de campo así como las tierras cultivadas.
Más de la mitad de Suecia está cubierta de bosques que en el norte son en su mayoría abetos. En este país hay agua en abundancia, un 8,5% de la superficie del país está cubierta de lagos y corrientes de agua. Hay unos 50 ríos de cierta importancia de los que el 70% han sido aprovechados para suministrar energía eléctrica.
Tanto los lagos como los ríos son abundantes en peces y la pesca más común es la de corégonnos, salmones, truchas asalmonadas, tímalos, truchas alpinas, lucios y percas.
Las principales concentraciones de islas e islotes se encuentran frente a las costas de Gotemburgo, en el oeste y de Estocolmo en el este. Algunos de ellos son grandes y están pobladas de bosques, otras pequeños sin árboles ni casas.
En los bosques suecos viven infinidad de aves entre ellos el Aguila Real, así como mamíferos de gran tamaño. Al margen de los osos, lobos o zorros, en Suecia, podemos encontrar otras especies menos corrientes, como es el caso del alce que con su gran cornamenta se ha convertido en uno de los símbolos del país.