La Piedra del Rey Moro se encuentra en un sitio que ofrece las mejores vistas de Toledo y del Río Tajo. Esta piedra está envuelta de una popular leyenda, cuando Alfonso VI estaba cerca de poder conquistar la ciudad frente a los musulmanes. Un príncipe, llamado Abul-Walid había viajado a Toledo para examinar cómo se encontraba la ciudad, la cual había pedido ayuda para evitar caer a manos de los cristianos.
Cuenta la leyenda que el gobernador Yahia tiene una hermana mayor, Sobeyha, que era muy hermosa y se enamoró de Abul-Walid después de conocer a Abul-Walid. Los dos se llegaron a enamorar. Unos días después, Abul-Walid tuvo que abandonar el campo de batalla, dejando Toledo rodeado por el rey Alfonso VI. Abul-Walid lamento tener que despedirse de Sobeyha inmediatamente, y también siente lástima por la gente dentro de la muralla de la ciudad. Poco después, cuando Abul-Walid regresó a la ciudad, se dio cuenta de que los cristianos habían tomado la ciudad, aunque no hubo derramamiento de sangre. El tolerante rey Alfonso VI y el gobernador Yahia acordaron la toma de la ciudad para evitar así el enfrentamiento.
Por eso, el gobernador Yahia se sintió muy triste cuando dejó la ciudad: primero, porque perdió la ciudad bajo el control de los cristianos, y segundo, porque el cuerpo de su hermosa hermana Sobeyha estaba dentro de los muros. Ella no pudo soportar el período de fuerte asedio que la ciudad debió de atravesar. Aunque el príncipe Abul Wallid tenía pocas esperanzas en esto, ordenó que el ejército se desplegara en la zona del valle y observara la ciudad sobre una roca, desde donde imaginó la ciudad de Toledo (ahora cristiana). Una vez, las fuerzas de Alfonso VI atacaron al ejército musulmán y muchas personas, incluido el príncipe Abur Walid, murieron. Cuenta la leyenda que un día, desde el día en que fue enterrado, el príncipe Abu Walid se sentó y meditó sobre la ciudad donde murió su amada Sobeyha, y finalmente se convirtió en una piedra de contemplación.

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