El ascenso durante el buceo, salir del agua

Una vez llegado el tiempo que se ha acordado para llegar a la superficie, se da por concluida una inmersión, pero puede ser que se necesite o se quiera subir antes bien porque sé de sea así, por no encontrarnos bien, porque nos quedan 50 bares en la botella o por cualquier otra razón. Si es así utilizaremos la señal que indica que estamos preparados para la ascensión, esto es levantando el pulgar. La ascensión se realizará siguiendo un cabo de orientación o una pared de coral, pero si ello no es posible, inflaremos una boya de superficie retrasada o DSMB. Es aconsejable que los dos compañeros lleven este tipo de boya. Esta bolla se utiliza desenrollando la boya, que debe estar unida a un carrete, cogiendo éste e intentando que no se caiga, pasando a inflar la boya con un pequeño chorro de aire depurado del octopus. Con el carrete en una mano, se debe poner la válvula del octopus bajo el punto de inflado de la boya. Cuando el cabo se pare, se debe iniciar el ascenso, recogiendo el cabo a medida que se afloje. Sin tirar del cabo para subir, llevaremos a cabo el ascenso a un ritmo seguro. Una de las manos deben estar en el chaleco por si hay necesidad de expulsar aire. La DSMB deberá estar inflada hasta que llegue el barco. Para iniciar el ascenso, se debe inspirar lentamente o dejar entrar un poco de aire en el chaleco para comenzar a ascender. Es necesario estar de cara al compañero para comprobar el ritmo de ascenso y el estado del otro. Se debe controlar la cantidad de aire que entra en el chaleco ya que la expansión de éste hará que se acelere la ascensión. Un cálculo adecuado consiste es ascender 15 metros por minuto hasta 5 metros de profundidad. En este punto muchos buceadores realizan una parada de seguridad de 3 minutos por precaución. Los últimos 5 metros hasta la superficie deben recorrerse en 1 minuto. Si se realiza una inmersión de descompresión, debe asegurarse que se realizan todas las paradas de seguridad establecidas. El uso de la boya DSMB o boya de descompresión, permite la ascensión mediante un cabo y su uso ya lo analizamos con anterioridad. Es importante probar a utilizarla a modo de entrenamiento antes de hacerlo bajo el agua por primera vez. Una vez que nosotros y nuestro compañero hayamos llegado a al superficie, si la inmersión la iniciamos desde un barco, indicaremos al barco que estamos bien y que le esperamos (el gesto se hace con la mano sobre la cabeza formando un arco). Si algo no marcha bien y es necesario ayuda urgente, haremos señales al barco moviendo los brazos, gritando, usando el silbato o la bandera o cualquier otra señal de emergencia. Subiremos por una escalerilla y prestando atención si hay oleaje porque esta puede moverse.

 

 

El equipo nos lo podemos quitar dentro del barco, una vez hayamos subido o en el agua, teniendo en cuenta que el ascenso por la escalerilla requiere cierta fuerza si queremos llevar el equipo puesto. En los dos supuestos no debemos acercarnos al barco hasta que alguien de la tripulación nos indique que es seguro. Si tenemos que entrar en una lancha neumática, lo principal es asirse al bote mediante una cuerda o un asa lateral. Manteniendo el chaleco inflado, nos lo quitaremos y lo soltaremos cuando alguien de la lancha nos lo agarre junto con la botella y el lastre. Posteriormente aletearemos y subiremos a bordo. Si por el contrario la inmersión la iniciamos desde la orilla, debemos volver a ella intentando mantener las aletas el mayor tiempo posible ya que llevamos un peso que, en el caso de que los pies, se nos hundan en la arena o la corriente sea muy fuerte, es difícil mantener el equilibrio y podría resultar peligroso. Si la orilla es pedregosa buscaremos el camino de más fácil acceso, pero siempre manteniendo las aletas como hemos indicado anteriormente. Una vez estemos en aguas poco profundas y lejos del oleaje, ya podemos quitarnos las aletas. Estemos en la orilla o en el barco, hemos de seguir una rutina que consta de dos actividades fundamentales: atención al equipo y elaboración de un informe. En el primer caso, una vez nos hayamos desprendido del equipo hemos de lavarlo, quitar la sal que pudiera quedar en él, en el caso de que realicemos la inmersión en aguas saladas, y la arena que puede obstruir ciertos elementos de nuestro equipo. En ocasiones el barco cuenta con zonas para limpiar el equipo electrónico o para secar el equipo. De ser así es aconsejable utilizarlos siempre prestando atención a cada elemento de nuestro equipo y procurando no olvidar ningún componente. El análisis de la inmersión y la realización del informe con el jefe de inmersión son importantes ya que gracias a él podremos corregir errores, aprender de los más expertos, intercambiar experiencias y realizar todas aquellas preguntas que creamos oportunas.



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