Como cualquier propio gaditano, Chipiona es amante del pescado, del "pescaíto frito", un plato andaluz muy apreciado en todo el mundo. En Cádiz abundan las gambas, las urtas, el cazón y las sardinas. Con el pescado adobado se elabora la "bienmesabe", una de las especialidades de los pueblos costeros. De la zona de la sierra han llegado platos como el ajoblanco o la berza, así como los guisos de cordero. El potaje de tagarninas, especie de cardillo muy extendido por esta sierra, el cordero y el venado al horno, o las truchas a la serrana son algunos de los platos más típicos. No es difícil encontrar platos a base de espárragos trigueros o las ricas chacinas curadas. Los postres son esenciales en cualquier comida que se precie y aquí los hay en abundancia: amarguillos, un dulce hecho con almendras, cubiletes, torta de chicharrones, los bizcochos de leche y el postre por excelencia: tocinillo de cielo. Otra opción a la hora del postre - o a cualquier hora del día- es tomar un poco del queso de la serranía de Cádiz. Elaborado con leche de cabra, es un queso fresco, de sabor dulzón y con ciertos toques salados. Chipiona destaca por el moscatel, apreciado en todo el mundo.
LOS VINOS
Chipiona está dentro de los municipios que dependen de la Denominación de Origen Jerez-Xérés-Sherry. La zona de Jerez de la Frontera y los pueblos colindantes, donde se encuentra Chipiona comenzó la producción de vino hace unos tres mil años, con los fenicios. Con veranos calurosos e inviernos muy templados, tierras albarizas y la poca lluvia que se registra a lo largo del año, esta zona produce una uva muy especial. Chipiona es muy apreciada por la cepa de moscatel, utilizada exclusivamente para los vinos que llevan ese nombre y que están dentro de los vinos dulces.