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Comer en Zaragoza

Los aragoneses aman la buena comida y los excelentes vinos. Su situación de cruce de caminos ha conseguido que sea una comida ecléptica, donde las influencias de otras tierras permanecen vigente mientras se han creado las propias tradiciones.

Cuentan con unas excelentes materias primas como los productos de la huerta, muy conocidos gracias al río y al clima. Tienen sus propias verduras: borraja, los bisaltos o el cardo. Estos productos se elaboran de muy diferentes maneras, así no es difícil encontrar el cardo en salsa de almendras, plato navideño por excelencia. Muy conocidos son la cebolla de Fuentes y el espérrago, que se exporta a otros puntos de la península. Es una zona de producción de un excelente arroz que se prepara con borrajas y almejas.

A pesar de los calificativos que se le ha dado: "elemental, rudimentaria y sobria", los cocineros zaragozanos saben como preparar la fritada, las migas "a la pastora", los huevos al salmorejo, las magras con tomate, el ternasco asado, la sopa de ajo, ensaladas de la huerta y los chilindrones como nadie. En la actualidad, los establecimientos de la ciudad tienen buena fama en todo el país, gracias a su cocina cosmopolita, variada y cuidada. Las carnes están encabezadas por "el ternasco de Aragón", que aparece asado o con patatas en todas las ocasiones especiales. Del cerdo se sacan las morcillas, chorizos, longanizas, madejas de tocino, etc. El pollo se prepara al "chilindrón", a la "pepitoria" o a "la aragonesa", con jamón, yemas, higadillo, romero y vino añejo. Muy comunes son los platos sacados de la caza como llas perdices o el conejo. Los pescados que suelen acompañar a los primeros son el bacalao o abadejo, el ajorarriero o la merluza al chilindrón.

Las "migas a la pastora" es una de las recetas más antiguas pues dicen de ellas que era la comida principal del Cid Campeador y sus huestes. Sus ingredientes son económicos, sencillos y energéticos: pan, chorizo, sebo, ajo, sal y cebolla. Suelen tomarse acompañadas de un buen vino y con uvas, esto último de tradición más moderna. Es un plato que no falta en las cartas de los restaurantes.

Fuera de los restaurantes de cocina aragonesa, por la ciudad hay locales especializados en comida vasca, navarra, catalana, gallega, castellana, andaluza, asturiana, mexicana, italiana, hindú, argentina, griega, etc. es decir, Zaragoza, ofrece una variada gastronomía donde se ofertan platos para todos los gustos.

VINOS

Los restaurantes de la capital aragonesa ofrecen cartas de vinos muy surtidas donde los protagonistas son los vinos de la tierra: Cariñena, Campo de Borja y Calatayud. La primera tiene una tradición que se remonta a antes de 1932 cuando se estableció como Denominación de Origen. La cuenca del Ebro es el lugar de crianza de la uva, la Garnacha Tinta y otras como el Tempranillo, la Cariñena y la Carbernet Sauvignon. Es esta la uva para producir el conocido "Tinto de Aragón". Las zonas de cultivo están caracterizadas por un clima muy frío en invierno, caluroso en verano y muy seco, por lo que la uva es muy especial. Los vinos blancos, de baja producción, tienen como uva principal el "macebo", son de color amarillo, seco y lleno. Los rosados se elaboran con garnacha, son vinos de buena acidez, perfumados y de cuerpo fresco. Los vinos tintos son secos, carnosos, de fuerte y corpulenta estructura y oloroso y seco. Es un tinto de crianza, reserva y gran reserva.

Los vinos de D.O Campo de Borja se crían entre el Sistema Ibérico y el Valle del Ebro, con un clima extremo, de inviernos muy fríos y veranos muy calurosos. Se cultiva la Gamacha, el Tempranillo, la Viura, Mazuelo, Cabernet, Sauvignon y Moscatel. Los vinos blancos de viura o macebo son frescos, ligeros y cómodos de beber. Los rosados, cultivados a partir de garnacha, son vinos de buena estructura, frescos y largos en boca. Los tintos de garnacha, cabernet y cabernet sauvignon son los protagonistas, de buen cuerpo y abundante expresión tónica. Los tintos pueden ser de crianza, reserva y gran reserva.

La D.O Calatayud se producen los más de cuarenta municipios que rodean Calatayud. Con un clima bastante templado en contraste con el resto de la comunidad, producen una uva distinta. La principal variedad es la garmacha tinta, aunque también aparecen la bobal y el tempranillo. Los vinos blancos se elaboran a partir del macebo. Se consumen jóvenes y tienen un aroma fresco y afrutado. Los rosados son vinos de tonos frambuesa, grosella y fresa fresca, vinos muy aromáticos. Los tintos son vinos de color rojo oscuro y aroma afrutado, sabrosos y plenos de boca.

DULCES

En todo el mercado español, la Navidad comienza a acercarse cuando aparecen los dulces más típicos donde no pueden faltar las "frutas de Aragón". Es uno de los productos de producción propia más exquisito y más conocido fuera de las tierras aragonesa. Cuenta con la "C" de Calidad Alimentaria. Es un bombón bastante sencillo: fruta escarchada recubierta de chocolate. Las frutas son siempre una sorpresa: pera, manzana, naranja, melocotón, cereza, higo, ciruela o albaricoque. Para confitarlas, se utiliza azúcar pero sin ningún tipo de producto artificial. Envueltas en papeles de colores, es un producto para llevarse a casa y disfrutar de él en cualquier momento del año.

Cada una de las fiestas a lo largo del año cuenta con su propia tradición repostera. Así, el patrón San Valero viene acompañado del roscón, muy parecido al Roscón de Reyes. De la época navideña es el turrón aragonés, conocido como "guirnalda", elaborado con azúcar, almendra y anís. Las torrijas de Semana Santa (pan frito con leche o miel) y las tortas: culecas para Pascua, las cajicas, etc. Para las Águedas se consumen las "tetas de Santa Águeda" o los "pedos de monja". En las tiendas o los desayunos de los bares es fácil encontrar los bizcochos de Calatayud, las cañas de Fuendejalón, los empanadores de los Montenegros, los mantecados, etc.

EL TAPEO

Los zaragozanos forman parte del grupo de españoles que gusta comenzar la comida con el "vermut" acompañado de las tapitas correspondientes. Las tapas se han desarrollado tanto que cada año se celebra el concurso de "Tapas San Jorge". Es una de las mejores formas de comer pues permite probar distintos sabores a la vez. Algunas de las tapas más tradicionales son: los binagrillos, boquerones, anchoas, mandejas, montaditos de jamón de Teruel, etc. A parte del menú casero, entran en juego los vinos aragoneses. Cualquier barrio de Zaragoza es válido para salir de tapas al mediodía o por la tarde: San Francisco, San Miguel, la Zona Centro, etc.
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