Inmersa en una finca de 240.000 m2 donde se cultivan plantas ornamentales y otras plantas autóctonas tinerfeñas y canarias mirando frente al mar. El resto de la finca es salvaje con los típicos arboles tarajales de la zona y se puede explorar siguiendo sus senderos. Este edificio fue construido en el año 1932 y renovado en el 1999, y cuenta con 9 habitaciones dobles y 3 suites. En el interior del hotel, el denominador común son los suelos de terracota y una gran multitud de cuadros y muebles antiguos. A disposición de los huéspedes hay un área de recepción abierta las 24 horas del día con servicio de caja fuerte, un restaurante y un aparcamiento.
Este hotel de campo está a 2,5 kilómetros del centro de la ciudad, donde podrá encontrar comercios, tiendas y lugares de ocio y entretenimiento. Está enfrente de una costa rocosa y es un muy buen punto de partida para excursiones. Está a dos kilómetros de una parada de transporte público y a 8 kilómetros de la playa.
Se ofrece por las mañanas un desayuno bufet.