LOS TARAHUMARAS
Es uno de los grupos más primitivos de América Latina. Su lengua es el rarámuri, procedente de los Aztecas. A causa del aislamiento, originado por la aspereza de la topografía, los tarahumaras conservan con pureza sus costumbres ancestrales. Dispersos en una extensión de 50,000 kilómetros cuadrados en la Sierra Madre Occidental la mayoría vive en pequeñas granjas, temporalmente nómadas, cultivando sus cosechas en las tierras altas durante el verano y mudándose a las partes bajas de los cañones en invierno.
Se calcula la población en alrededor de 50,000 tarahumaras, siendo la comunidad indígena más numerosa de México. Históricamente los tarahumaras han sido explotados desde la época de la colonia. Algunas de las batallas más sangrientas de la conquista del norte tuvieron lugar en estas tierras. La primera revuelta encabezada por Teporaca en 1648 tuvo como resultado la muerte de los misioneros jesuitas, al fin hombres blancos.
Su vida social se rige de acuerdo a tradiciones ancestrales. Al igual que los Tarascos en el sur de México, los tarahumaras utilizan el peyote en sus rituales. Los chamanes lo emplean para curaciones y para contrarrestar los efectos de la brujería. También se aplica externamente para las picaduras de serpientes, las quemaduras y el reumatismo.
Los tarahumaras son corredores de largas distancia, ellos mismos se reconocen como Rarámuris (Hombres de pies ligeros). Un deporte tradicional es el Juego de la Pelota que consiste en una carrera que puede durar días pateando una pequeña pelota de madera. En las festividades de Semana Santa sus ritos se desarrollan entre danzas, en donde se representa al bien y al mal. Algunas fiestas pueden acabar en encarnizadas peleas con el fin de quitarle el diablo a los malos.