Los orígenes de la ciudad se remontan al año 4500 a. C. Sus primeros pobladores fueron cazadores y recolectores, cuya economía estaba basada en la agricultura y en la ganadería. Los romanos, atraídos por el emplazamiento de Zurich, crearon una fuerte fortaleza que sería destruida siglos más tarde por el pueblo germano, asentando las bases definitivamente del pueblo carolingio. Durante la Edad Media Zurich era una ciudad con un importante comercio cuyo desenlace final fueron la formación de casas gremiales, que no se perdieron su potencial hasta la Revolución Francesa.
La Reforma, junto con la labor de Zuinglio quien inculcó al pueblo zuriqués el afán por el trabajo y el ahorro, hicieron que la ciudad se convirtiera en una rica fuente económica que ha sabido mantenerse incluso hasta hoy.