nte mediterráneo, con inviernos agradables y lluvias escasas, se ha convertido en un privilegiado sitio para descansar y retirarse. Los inviernos en la localidad son mucho más tranquilos que los meses estivales. En el verano Benidorm acoge a miles de turistas que se dispersan por los numerosos apartamentos que se levantan a lo largo y a lo ancho de la línea costera. Sin embargo, no solo es una localidad vacacional. Su clima y sus dotaciones permiten la posibilidad de celebrar congresos y convenciones. La ciudad cuenta con numerosas salas de conferencias y exposiciones, así como unos magníficos establecimientos hoteleros, equipados con todo tipo de instalaciones y que destacan por la buena calidad de sus servicios y profesionales.
El litoral de Benidorm se caracteriza por sus aguas cristalinas y por sus extensas playas de arena dorada, limpias y equipadas con todo tipo de instalaciones modernas: puestos de vigilancia, zonas de juegos, restaurantes, puestos de socorro y atención sanitaria. También ofrecen la posibilidad de practicar deportes acuáticos como el Windsurf, submarinismo o náuticos como la vela o el esquí náutico. Tres de las playas de la costa de Benidorm están galardonadas con el reconocimiento de Bandera Azul: Levante, Mal Pas y Poniente. Benidorm es la ciudad de la diversión alicantina. Durante todo el año se mantienen abiertos los pubs, locales de música, cafeterías exóticas y discotecas modernas. Durante la época estival funcionan los mejores parques acuáticos de Europa y en su cercanía se encuentra el Parque Temático de Terra Mítica. Benidorm cuenta con una amplia oferta de ocio y diversión. Los amantes del golf, el squash, la equitación o el ultraligero se encuentran en esta localidad en el Paraíso. En los últimos años la ciudad ha conocido un importante desarrollo urbanístico, caracterizado por la aparición de amplias avenidas y hermosos parques y jardines. Esto ha otorgado a la ciudad un aspecto más moderno y a la vez acogedor. No solo en verano se disfruta en Benidorm, durante el invierno es un placer pasear junto al mar o relajarse en cualquier terraza o cafetería de las plazas y calles de la ciudad. Un recorrido por sus principales avenidas ofrece la oportunidad de conocer las últimas novedades comerciales, las tiendas de arte antiguo, o los populares mercadillos en los que se pueden adquirir todo tipo de productos locales. Algunos de ellos son exclusivamente mercados de productos alimenticios y esto es debido a que la oferta culinaria de Benidorm es amplia y de calidad. Existen locales y establecimientos hosteleros para todos los gustos y posibilidades económicas.
Todas las gastronomías nacionales y muchas otras especialidades culinarias del resto del mundo se sirven en los restaurantes selectos de la localidad. Y no hay que olvidar que los platos autóctonos como el arrós a banda, el arrós amb féssols i naps o los bollos a la paleta son delicias de fama internacional. Desde la ciudad se pueden realizar interesantes rutas por los pueblos de montaña de los alrededores. Las localidades de La Nucía y Polop de la Marina son algunos de los destinos recomendados. Los amantes de la naturaleza y la práctica del senderismo cuentan con la posibilidad de recorrer los parajes de las Sierras de Aitana o de Bernia. Además, las buenas redes de comunicación entre Benidorm y las localidades vecinas como Altea, Calpe, Santa Pola o Torrevieja, permiten realizar interesantes excursiones en las que descubrir riquezas naturales de la región y patrimonios artísticos destacados. Benidorm es, en definitiva, un centro turístico de primer orden que acoge cada año a visitantes de todas las partes del mundo.
El municipio de Benidorm cuenta con hermosos parajes de gran diversidad paisajista. En la zona sureste del municipio se levantan las alturas de la Sierra Helada y al noroeste las estribaciones del Puig Campana. Enfrente de la bahía se localiza L´illa de Benidorm, un lugar protegido por su riqueza ecológica. Las playas del municipio quizás sean los entornos naturales más representativos de la zona. Son playas galardonadas con Bandera Azul por la calidad de sus aguas, su limpieza y la gran cantidad de buenos servicios que ofrecen. Entre ellas hay que destacar la Playa de Levante, la de Poniente y la Playa del Mas Pas.
Historia:
Gracias a los numerosos restos arqueológicos encontrados en la zona se puede afirmar que Benidorm fue un lugar de asentamiento ibero, fenicio y árabe. El origen de la actual villa se remonta al tiempo de los árabes, lo que se hace patente en el trazado de las calles del casco viejo. En esta época se convirtió en una villa dedicada a la pesca de almadraba. En el siglo XVII estaba casi despoblada, con sesenta casas de cristianos viejos. Sin embargo, fue en el siglo XVIII cuando dio comienzo la expansión demográfica.
A principios del siglo XX, el pueblo seguía manteniendo un tranquilo ritmo de vida, permaneciendo aún como una aldea de pescadores y labriegos. En la década de 1950, la industria pesquera estaba en declive, como era el caso en gran parte de la España costera. En este punto de su historia, Benidorm recurrió al turismo para vigorizar su moribunda economía en 1952, abriendo grandes extensiones de terreno para su desarrollo. En la década de 1960, Benidorm era uno de los principales destinos de playa de Europa, una posición que sigue disfrutando hoy en día. Gracias a su gran desarrollo urbanístico y hostelero. Todo gracias a un avispado constructor que vio en esta localidad un auténtico filón de oro y, al final, parece que el hombre no se equivocó.
Durante la segunda mitad de los años 60, Benidorm experimentó una gran transformación con la aparición de los operadores turísticos británicos que comenzaron a traer grupos al aeropuerto de Manises unos años antes de la apertura del aeropuerto del Altet de Alicante. Fue el comienzo de un intento de romper la estacionalidad de las estancias, aprovechando los precios y el buen tiempo, de manera que, gracias a los hoteles, se creó un ambiente vacacional durante todo el año, en contraposición a la idea clásica de una ciudad de verano, cerrada fuera de temporada, como en la mayoría de las zonas de vacaciones de playa de la época.
La llegada del turismo de masas tuvo un impacto inmediato en el crecimiento de Benidorm a corto plazo. Cuando los operadores turísticos que ya trabajaban desde el aeropuerto de Manises, empezaron a operar con aviones chárter, a partir de marzo de 1970, desde el recién inaugurado aeropuerto de El Altet, la gran demanda de habitaciones de hotel hizo que se construyeran hoteles en rápida sucesión (entre 1971 y 1973). La fuente del turismo cambió drásticamente, y su afiliación social. El auge de la construcción en Benidorm alcanzó su punto máximo en esos años. Parte de los rascacielos eran solo grandes hoteles construidos en tiempo récord para satisfacer la demanda. En los años noventa los hoteles de Benidorm consiguieron alcanzar un hito rompiendo la estacionalidad de la afluencia de visitantes. Hoy en día la ciudad mantiene excelentes niveles de ocupación hotelera tanto en verano como en invierno, ayudada más recientemente con la generación más vieja en invierno. Tras este breve recorrido por sus más de doscientos años de historia en el Turismo, se puede comprobar que el sol y la playa siguen siendo los principales atractivos para el sector turístico de Benidorm aunque ahora en el siglo XXI se observa una diversificación de la oferta de nuevos productos como los parques temáticos, el golf, la salud y la belleza, el deporte, los negocios y una constante adaptación a las nuevas demandas para seguir siendo competitivos y líderes en España.