A unos 600 kilómetros al sur de El Cairo se encuentra Hurgada, en el centro de la costa africana del Mar Rojo egipcio. Esta pequeña población de origen pescador (en la actualidad nada queda de aquellos tiempos), presenta numerosos atractivos turísticos entre los que destaca, sin duda, los que esconde su costa.
El archipiélago de Hurgada que comprende las dos islas de Giftun, la isla de Abu Ramada, Magawish, Umm Gamar, Abu Mingar, Abu Hashish e innumerables arrecifes que afloran a la superficie es un reclamo irrenunciable para los amantes del buceo. A pesar del impacto tanto turístico como del número de buceadores, los fondos de Hurgada mantienen todavía una increíble vitalidad: la variedad coralina y la gran cantidad de peces pequeños y medianos lo convierten en uno de los destinos más importantes de la costa egipcia.

Bajo el cristalino azul turquesa de las aguas del Mar Rojo existe un mundo tan silencioso como poblado y colorista. No hace falta alejarse mucho de las playas o sumergirse a grandes profundidades para ver bandadas de peces de muchas formas y tamaños y de vivaces colores amarillos, rosas, verdes, violetas o naranjas. Los peces no parecen asustarse por la presencia de los buceadores. Estos arrecifes, con decenas de especies de corales y de las algas con las que se asocian simbióticamente, constituyen un jardín submarino de una belleza indescriptible. La ciudad se divide en dos zonas: la zona de Sigala, donde se existen algunos hoteles de lujo, restaurantes y bares. Se trata propiamente del centro de Hurgada.

La otra zona es la de Ad-Dahar, hacia el norte de Sigala, aún en proceso de desarrollo y donde ya existen varios complejos hoteleros. Por otro lado, en dirección sur, existe un nuevo desarrollo que está cobrando cierta importancia. Cerca de Hurgada se puede visitar la antigua colonia romana Mons Caludianus.