El origen musulmán de la ciudad se adivina en su nombre, Al-Basit, "la llanura". Sin embargo, se han encontrado numerosas piezas de la época prerromanas en los alrededores de la localidad y ésto demuestra que estas tierras estuvieron habitadas mucho tiempo antes de la llegada de los árabes. Estos hallazgos arqueológicos se encuentran expuestos en el Museo Provincial de la ciudad. Los primeros documentos que hablan de este lugar datan de 1269 y lo citan como una aldea dependiente de Chinchilla. En 1241 este territorio fue reconquistado y pasó a los dominios de Alarcón. En el siglo XIV comienza el desarrollo del lugar que se considera villa y se hace independiente de Chinchilla. En 1476 los Reyes Católicos por su colaboración, le conceden un mercado franco semanal. En la guerra de las Comunidades -1520-22-, tras una inicial rebeldía, la villa apoya a Carlos I quien, cuatro años más tarde, concede a su mujer, Isabel de Portugal el señorío. En esa época comienza la construcción de la catedral. Su estratégica posición en el camino entre Madrid y Levante y su riqueza agrícola impulsan el crecimiento de esta villa. Felipe V le concede la celebración de una Feria Anual -origen de la celebrada hoy-. La modernización de Albacete comienza en el siglo XIX: en 1804 se construye el Canal de María Cristina lo que contribuye a paliar el problema del encharcamiento y la insalubridad del terreno. En 1833 se crea la provincia de Albacete. No obstante, las revueltas carlistas dificultan la organización institucional. Años más tarde llega el ferrocarril y, después, el título de ciudad de manos de Isabel II, a quien la ciudad fue fiel frente a los carlistas. En 1.868 se constituyó una Junta Revolucionaria. Durante la restauración el fenómeno del caciquismo no es ajeno a la ciudad. Más tarde, en la Guerra Civil, la base aérea de los Llanos será la sede principal de la fuerza aérea republicana. En los años 1936 y 1937 se convierte en cuartel general de las Brigadas Internacionales.