Gales ha sabido mantener su entorno natural y por eso se pueden encontrar especies tan increíbles como los delfines de la Bahía de Cárdigan, el milano real o el lirio de Snowdon.
Todos los días pueden verse águilas ratoneras sobrevolando los pantanos y los bancos de arena del Estuario del Severn.
Las orillas de muchos ríos acogen por su parte a familias de nutrias. Los senderos están plagados de mariposas exóticas y los Parques Naturales, que cubren casi todo el campo galés y una gran parte de su costa, protegen a criaturas antes amenazadas.